Laburitos

En el Conngo nadie se toma tanto trabajo para matar lo que nunca estuvo.

Sentencias

En el Conngo, nadie es tan imbécil como para creer que realmente existen el día y la noche. Nadie es tan ajeno, tampoco, como para dejar pasar una noche siquiera sin mirar su luna.
En estas tierras, también, lo escrito se distingue claramente de lo predeterminado.

Tiempo de Conngo

En el Conngo, el tiempo no tiene solución de continuidad. Los días se desagregan en horas, estas en minutos, aquellas en segundos... Sucesión que evidencia la aleatoridad del devenir y lo devenido. El tiempo, en el Conngo, jamás será algo que pueda transcurrir. Será siempre Otra Cosa.
Un ignoto conngudo postuló que, en realidad, el tiempo es aquello que refleja las contradicciones entre el Conngo y la Nada. Nadie jamás se ha tomado un minuto para escucharlo.
Estudiosos congregados han creido ver en el tiempo un tenue reflejo del Conngo creador. Siempre eterno y siempre conngo.
Pocos son los personajes del Conngo que se han atrevido a indagar estos vacíos. La mayoría de ellos han arribado a la siguiente sentencia:
En el conngo, por más que se la busque y persiga, jamás se atrapa una respuesta. Los misterios del Conngo son los que permiten que este se ubique en el punto más rojo de los infinitos.
Aquel que es paralelo a la existencia más simple.

Rabietas

Hay noches que el Conngo se enoja y reclama soledad. Sus habitantes deben marchar, regresando al amanecer.
Es entonces que comprenden que ni se han ido ni han regresado; tanto como que ya no son ellos, si es que acaso lo fueron.

Eterno Conngo

Los sabios ojerosos admiten que la vida en el Conngo es la más excluyente de las repeticiones. Todo evento carece de originalidad, de modo que su suceder es mero reflejo de su sucedido. En el Conngo todo ya ha ocurrido, al menos, infinitas veces.
Algunos consideran que, allí, se concretizan eventos paralelos, conjurando su transparencia en breves latidos de sentido.
Conngoleños diversos han negado la redundancia de sus días, argumentando que nada de su experiencia les señala esta realidad.
Los conngolitos saben que mienten.

Anecdotario

En el Conngo, las anécdotas no se narran, se comparten. Cada habitante de la región acumula experiencias únicas, las cuales son convidadas a conngolitos próximos.
De ese modo la anécdota se incorpora al Conngo entero, perdiendo el sentido único que para su protagonista tuviera.
Dicen que el Conngo es tan solo la suma de relatos de personajes que, en un rapto de nostalgia, han devenido chismosos.