La gente en conngo, es hipersensible y un poquito imbécil. Dicen que por eso, en los hogares de esta tierra, a menudo se rezonga por pequeñeces.
Basta, por ejemplo, con que alguien abra una nuez de aspecto dudoso, entonces algún otro alguien dice (o insinúa) que la nuez está abichada, o podrida y recomienda no comerla.
La persona que peló la nuez, se siente insultada, como si el estado de la nuez fuese su responsabilidad, y recibe el comentario, como una fina ironía, pero con cara de reproche.
Se suscita una discusión, la voz se levanta pero ninguno dice nada a nadie y al mismo tiempo que todos hablan, nadie escucha.
Algunas familias prefieren, la tranquilidad y juran que nunca volverán a levantarse la voz y que se quieren mucho. Otras, solamente dejan de comprar nueces.
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