En el Conngo la evolución es eventual e intuitiva. Los coherentes de la zona se saben parte de la colmena y dejan crecer los sentidos emergentes para que devengan solitos y solos.
Los conngolitos aman el azar y gastan sus días provocando riesgos sutiles y cantando el vale cuatro a la vida.
Los conngudos, por el contrario, son paridos por lo estatuido. Pretenden de la plenitud respuestas a interrogantes que nunca amagan enunciar. Como bien sabemos los conngudos no terminan de existir.
De estos últimos son hijos los Sutzys. Seres ventanales que se transparentan en lo Real y que, a su capricho, logran opacarlo.
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