Sobre la luz

Hay un tipo de tormentas que sorprenden en la llanura. Cuando un viandante se sumerge en ciertos rincones, las intemperies transforman su entidad en una suerte de existencia esencial y neta de materialidades.

Nadie duda de los desencuentros, ni de las demoras y mucho menos de los temporales. Ambas situaciones resultan fecundas en ideas y en una gran mayoría, impregnan creatividad y comprensión de lo que antes no era claro.

Al parecer, en el Conngo, cuando alguien entiende algo nuevo, rara vez logra recordar lo que significó no haberlo entendido.


Otros dialogos

A la llegada de los otoños, en los foros de la tarde se conglomeran los preguntantes, se aglutinan los fabuladores y mas de un erudito pasa desapercibido. La estación de las respuestas parece apropicuarse y un dejo de ansiedad gobierna las atmósferas y los antros.

A pesar del aparente caos, las desvariaciones y las disputas rara vez perpetúan inconcluciones.

Y es que cada ser en Conngo, tiene la capacidad de abordar y dirimir todo tipo de desperfecto comunicativo. Cada uno de los miles de discutientes dentro de estas fronteras, elige cuanto de su devenir le dedica a sus debates.

Dicen los que dicen que saben, que es por este motivo que ciertos foristas serán por siempre eternos.

Relaxes

Las tardes entre perezas y ánodos de sal, bajo los taibos la vida se pasa mas lento.

Al principio, creí que se trataba de un virus, consecuencia de vivir dentro de una brutal y gigantiasica berenjena, pero no... diría yo que es mas bien una suerte de entresueño.

...ahora bien, heme aquí.

En lo recóndito de un mar con espuma de viento, en la ladera de una ola... desparramado sobre un colchón de imágenes, una red de momentos que preludian una nueva siesta infinita.