A la llegada de los otoños, en los foros de la tarde se conglomeran los preguntantes, se aglutinan los fabuladores y mas de un erudito pasa desapercibido. La estación de las respuestas parece apropicuarse y un dejo de ansiedad gobierna las atmósferas y los antros.
A pesar del aparente caos, las desvariaciones y las disputas rara vez perpetúan inconcluciones.
Y es que cada ser en Conngo, tiene la capacidad de abordar y dirimir todo tipo de desperfecto comunicativo. Cada uno de los miles de discutientes dentro de estas fronteras, elige cuanto de su devenir le dedica a sus debates.
Dicen los que dicen que saben, que es por este motivo que ciertos foristas serán por siempre eternos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario