En Conngo nadie se equivoca mas allá de sus torpezas. El tiempo pasa y es como si nada mas llegase a pasar del todo. Cada instante es lo único que existe mientras dura y solo a veces deja huellas parecidas a recuerdos.
Las eventualidades en cambio, son irreversibles o espontáneas según la cara del protagonista. De nada sirve predisponerse, todo devenir esta desprovisto de predicciones y resulta sorpresivo por añadidura. Algunos, de hecho, sostienen que por aquí las agonías no existen.
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