Sucede que los bares del Conngo son alteraciones singulares, cuya particularidad reside en permitir a los parroquianos moverse libremente en la cuarta dimensión. De este modo, tomar un té con limón es mucho más que ingerir la tradicional bebida. Implica una visita libre a cualquier rincón del espacio-tiempo. Incluso hay quienes se significan exclusivamente al cafetear en el Bar, viviendo en el pasado. Probablemente el suyo.
Pocos conngueños conocen este secreto, por lo que la mayoría se sorprende (tras pagar la propina) al reencontrarse con viejos personajes que creían difuntos, y acaso enterrados.
Es que, como bien sabemos, en el Conngo la muerta mata a tiempo, pero avisa tarde.
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