Los sabios ojerosos admiten que la vida en el Conngo es la más excluyente de las repeticiones. Todo evento carece de originalidad, de modo que su suceder es mero reflejo de su sucedido. En el Conngo todo ya ha ocurrido, al menos, infinitas veces.
Algunos consideran que, allí, se concretizan eventos paralelos, conjurando su transparencia en breves latidos de sentido.
Conngoleños diversos han negado la redundancia de sus días, argumentando que nada de su experiencia les señala esta realidad.
Los conngolitos saben que mienten.
Algunos consideran que, allí, se concretizan eventos paralelos, conjurando su transparencia en breves latidos de sentido.
Conngoleños diversos han negado la redundancia de sus días, argumentando que nada de su experiencia les señala esta realidad.
Los conngolitos saben que mienten.
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