Hay noches que el Conngo se enoja y reclama soledad. Sus habitantes deben marchar, regresando al amanecer.
Es entonces que comprenden que ni se han ido ni han regresado; tanto como que ya no son ellos, si es que acaso lo fueron.
Es entonces que comprenden que ni se han ido ni han regresado; tanto como que ya no son ellos, si es que acaso lo fueron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario