Miedos

En el Conngo los miedos se presentan en diversos formatos. Los hay baratos y caros; milagrosos y pendencieros; lilas y amargos; infinitos y etc.
Cada quince días los habitantes, sin saberlo, se pasan el propio al ajeno. Quien temía a los conngudos de pronto lo hace a las paredes. Uno a uno los miedos mudan de cuerpo y mutan sus formas para adaptarse al inquilino de turno.
Los transeúntes no logran percibir los cambios. Algunos mienten y declaran que no tienen temor alguno, otros aseveran que el miedo les pertenece y no quieren soltarlo.
Los sabios previos, quienes se adjudican la invención de estos curiosos pánicos ambulantes, rebalsan de orgullo antes sus creaciones. Alegan que, de este modo, los miedos son del pueblo y nunca del clero conngolesiano.

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