Las narraciones primeras explicitan el carácter único de cada evento en el Conngo. En estas tierras no hay siguiera uno para el dos, y mucho menos cada dos habrá tres.
Lo que sucede es único, sui generis. Jamás será el primero de una cadena de otros símiles con los cuales compararse luego. Cada pestañear es análogo a sí mismo.
De esto concluimos que el Conngo exagera cuando se juzga existente en tiempo y espacio. No podría sostenerse siendo algo aquello que nunca fue más que fugaz.
Algunos flashes eventuales, sin embargo, son recordados como más incógnitos que otros.
Lo que sucede es único, sui generis. Jamás será el primero de una cadena de otros símiles con los cuales compararse luego. Cada pestañear es análogo a sí mismo.
De esto concluimos que el Conngo exagera cuando se juzga existente en tiempo y espacio. No podría sostenerse siendo algo aquello que nunca fue más que fugaz.
Algunos flashes eventuales, sin embargo, son recordados como más incógnitos que otros.
Citaremos algunos:
- Un lunes amaneció domingo.
- La boca que murió por un pez.
- Aquel árbol que se mudó a los suburbios.
- El Conngoccino con sabor a miel.
- Los versos del poeta conngues que nublaron la vista
- Descripción del Conngo que escupió en la cara.
- La singularidad que se pretendió constante.
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