Expectativas

Los días se despojan de sus horas deprisa y los otoños se persiguen entre perfumes y tempestades. Algunos acuden al foro de las recordaciones y otros especulan que la vida no es color de rosa, pero saben que hay belleza en algún rincón del tiempo.
Cada convicción es un alivio eso si, pero rara vez se llega a una certidumbre y por eso es tan grata la invasión de una sorpresa.

De las similitudes

A veces las calles se llenan de miseria y todo se inunda de incertidumbre sobre un fin que de antemano de sabe cierto.
Aquí todos son exactamente iguales en apariencia pero cuando este clima sobreviene en la tardes de Conngo, no hay parecidos ni pareceres que resistan mas de un cuestionamiento.

Mas conjeturas

Hay pasillos en los que la rutina precipita tempranamente. Ciertas recaídas disimulan sentidos que sucumben ante la primer nueva experiencia que aparezca.
Ocurre que en Conngo hay mas escribanos que foros y entonces, durante las diligencias, los descalzos empapan sus plantas de apatía y desgano.
Las malaslenguas rumorean que esta falta de gestión del aburrimiento es precisamente lo que da lugar a las pausas.

Cuarentenas

Aunque desde la experiencia pueda afirmarse lo incierto de los finales, en Conngo acecha una suerte de virus en el camino a la trascendencia. Los reportes muestran a duras penas, evidencia de resultados catastróficos.
Los infectados con frecuencia se vuelven adictos a la constancia y no pueden concebir no ser expertos en algo.

Postulado del error

En Conngo nadie se equivoca mas allá de sus torpezas. El tiempo pasa y es como si nada mas llegase a pasar del todo. Cada instante es lo único que existe mientras dura y solo a veces deja huellas parecidas a recuerdos.
Las eventualidades en cambio, son irreversibles o espontáneas según la cara del protagonista. De nada sirve predisponerse, todo devenir esta desprovisto de predicciones y resulta sorpresivo por añadidura. Algunos, de hecho, sostienen que por aquí las agonías no existen.

Más acerca de los encuentros.

Un conngolito recóndito y pequeño
encontró una mañana
un crisantemo despintado
que un viandante distraído
perdió sobre el césped
en el jardín de los matices.

En Conngo encontrar es devenir omnisciente.

prestaciones

En conngo existe el placer. Aquello que no puede hacerse en forma placentera se considera difícil, insano o penoso, como no se escatiman perezas, lo difícil se parece mucho a lo imposible.


Es evidente por momentos, lo inútil de resistirse. Trabajar sin placer cuesta años de vida y por eso, tareas como contar (rocas, estrellas, conngos, etc.) gobernar o reclamar se delegan a terceros, cuartos o mercenarios que ofrecen sus servicios a través de pancartas.

Existe un ministerio y una jurisprudencia de lo mas diligente para las gestiones de esta índole, los delegados realizan todo tipo de tareas y son remunerados en función a la cantidad de tiempo de dedicado. Los salarios y retiros suelen ser abultados y por eso muchos delegados llegan a ser semieternos de todas maneras.

Antropoconngo

Indican que con el sucederse de las entropías, hasta las modas cambian y también los gustos, las burocracias y los automáticos corroen los organismos y actualmente vicisitudes tales como emprender, sorprenderse o enamorarse son circunstancias consideradas de lo mas singulares.

Clases

Los sabios primeros tienen lugares comunes, pero distinguen su huella en el arte de seleccionar. Las historias se diferencian por sus principios y sus fines, ciertos funcionarios, en cambio, se destacan en función a sus valores y formas de elegir.

Otras éticas, leyendas y personajes devienen marcas cuando se hacen masivas, las masas requieren mas destinos que senderos y esto suscita irrefrenables paradojas.

La mayoria se declara amante y perseguidor de grandeza aún cuando reclame mientrastantos o mendigue porlomenos y aunqueseas en patota.

Finales

Cuentan las profecías que llegará un día en que el Conngo implote. Desde el agujero negro que hace las veces de centro de manzana, hasta el último ignoto orbitante que jamás lo observó.
Es bien sabido que la sospecha del Conngo es posible, solamente, por la fisura que la paradoja traza en diversas matrices. El fin de la contradicción, la dicción universal, cambiará de tema.
Los conngudos se relamen en la víspera, acusando a los más absortos vecinos de ser responsables. Dedos en alto y gritos crispados los identifican ante cada nubarrón.
Los conngueses se ríen de los profetas. Comprenden que el futuro está constituído por falacias e interpretaciones de los más sospechosos vejetes.
Los conngolitos, por supuesto, no ven la hora de que esto suceda. Pasan sus días en la búsqueda de la sagrada dicción que los conduzca a un Conngo actualizado.
Los sabios primeros son los únicos en aceptar que nada nuevo podrá enunciarse y que, por lo tanto, el Conngo siempre acaba de implotar.

Secreto

De los habitantes del Conngo hay uno que, sin saberlo, es inmortal.

Soles

Infinitos son los soles del Conngo. Infinitos también los intentos de los sabios por enumerarlos.
Algunos han podido ser identificados al momento:
  • Sol: Ojo gigante que espía al Conngo y, en su mirar, castiga desterrando al observado.
  • Sol: Dios detrás de la sombra de quien merece ser proyectado.
  • Sol: Agujero por donde pasan cosas.
  • Sol: Actor oculto que la trama empieza.

¿Será?

En el Conngo nadie cree haber existido jamás

Opiniones

En el Conngo nadie ha podido opinar nunca de lo que no ha logrado reirse.

Miedos

En el Conngo los miedos se presentan en diversos formatos. Los hay baratos y caros; milagrosos y pendencieros; lilas y amargos; infinitos y etc.
Cada quince días los habitantes, sin saberlo, se pasan el propio al ajeno. Quien temía a los conngudos de pronto lo hace a las paredes. Uno a uno los miedos mudan de cuerpo y mutan sus formas para adaptarse al inquilino de turno.
Los transeúntes no logran percibir los cambios. Algunos mienten y declaran que no tienen temor alguno, otros aseveran que el miedo les pertenece y no quieren soltarlo.
Los sabios previos, quienes se adjudican la invención de estos curiosos pánicos ambulantes, rebalsan de orgullo antes sus creaciones. Alegan que, de este modo, los miedos son del pueblo y nunca del clero conngolesiano.

Autopistas

Las vías rápidas estaban allí cuando llegaron los sabios primeros. Ninguno se vio sorprendido por tamaña construcción. Tampoco se preguntaron adonde lleva cada una de ellas.
Con el tiempo fueron arribando las diversas oleadas de sabios. De este modo, los ya nativos aprendieron el destino de los caminos al indagar la procedencia del migrante.
La autopista verde conecta con las Dunas del Misterio. Allí los calles son sinuosas y los semaforos amarillos. Escapar de sus arenas implica atreverse a acelerar y no temer la aparición de terceros por entre las dunas.
La ruta de la luna termina en la Tierra Oscura. Son tierras donde la luz no ha sido inventada aún. La vida se desarrolla felizmente entre sombras y opacidades. Cuando un lugareño logra ver algo es inmediatamente desterrado por loco. El Conngo no tiene reparos en brindar asilo político en estos casos.
La vía del coyote ha visto la llegada de solo tres inmigrantes. Camello, León y Dragón. Sólo el último pudo adaptarse al Conngo. León sigue peleando por volver y Camello todavía no pudo percibir que ya ha partido.
Por último tenemos la senda de la muerte. Nunca nadie ha visto quien la transite, a pesar de lo cual mucho alegan haberlo hecho. Los sabios primeros dicen que allí descansan los sabios primeros.
Y que no quieren ser molestados.

Tiempos Compartidos

Cuando un conngudo se encuentra con otro, el tiempo del Conngo colapsa. De modo tal que cada uno invierte en el mitín la tercera parte de lo que se lleva. Complicadas maniobras que le permiten al conngudo ser maestros en el arte de robar tiempo.
Los conngueños, en cambio, no perciben sus encuentros. La oportunidad de actuar en la cuarta dimensión es transparente para ellos. Los conngueños se quejan mucho de su soledad.
El conngués es quien más valora su capital. Examina con detalle cada instancia, tanto como su pre y posterioridad. Cuando un conngués actúa se revoluciona el Conngo.
Los conngolitos han aprendido que sus conexiones son tan poderosas como improbables. El tiempo con ellos no colapsa, sino que es sometido a su voluntad.

Ritos y Sueños

Una de las tareas más complejas del Conngo es la última del día. Aquella que debe ser cumplida para, luego si, permitirse una brevedad onírica.
Los sabios primeros fueron quienes impusieron el ritual de la Búsqueda del Mientras: Consiste en la enunciación precisa y falaz de los dioses últimos. Uno a uno son evocados por su nombre y, dios a dios, deben rendir cuentas de los hechos diarios, las singularidades futuras y los para qué de la existencia de los malaslenguas.
Finalizada la instancia, cada dios debe ofrecer un tributo al Conngo invocante. Sin la dádiva será imposible para el parroquiano pegar un ojo en toda la noche.
En el Conngo, son los dioses quienes ofrecen un motivo para soñar.

Singularidades

Las narraciones primeras explicitan el carácter único de cada evento en el Conngo. En estas tierras no hay siguiera uno para el dos, y mucho menos cada dos habrá tres.
Lo que sucede es único, sui generis. Jamás será el primero de una cadena de otros símiles con los cuales compararse luego. Cada pestañear es análogo a sí mismo.
De esto concluimos que el Conngo exagera cuando se juzga existente en tiempo y espacio. No podría sostenerse siendo algo aquello que nunca fue más que fugaz.
Algunos flashes eventuales, sin embargo, son recordados como más incógnitos que otros.
Citaremos algunos:
  • Un lunes amaneció domingo.
  • La boca que murió por un pez.
  • Aquel árbol que se mudó a los suburbios.
  • El Conngoccino con sabor a miel.
  • Los versos del poeta conngues que nublaron la vista
  • Descripción del Conngo que escupió en la cara.
  • La singularidad que se pretendió constante.

Límites

Es sólo desde el centro mismo del Conngo que pueden observarse sus fronteras.
Desde allí es que sabemos que el sur limita con algo; el norte con alguien; el este con cualquiera; el oeste con todos; arriba con la nada; abajo conmigo.

Ser lo que se Era

Hay ocasiones en que los habitantes del Conngo pierden su identidad. Los árboles se hacen carne y ésta deviene palabra. En estos días, los conngolitos y conngudos, se funden entre reproches y café con leche.
Estos eventos obligan a cada ser a perseguir lo perdido. Una búsqueda desesperada que, para muchos, termina en fracaso.
Cuenta el Oráculo que personalidades supremas se han extraviado. Algunos, incluso, han sido reclamadas por impostores.
Dice la leyenda que el Conngo nunca es el mismo tras estos sucesos.

Binarios

En el Conngo no hay intermedios. Algunos días son prosa, otros poesía.

Ideas

En el Conngo las ideas devienen bastardas. Los conngueses más agudos, perciben los cambios que produce lo nuevo al anunciarse. Esta habilidad les permite estar al acecho de los breves chispazos que anuncian revoluciones. Cuando un conngues atrapa una pequeña llama, se incendia en ella y corre a calentar el Conngo eterno. Siempre arriba en forma de ceniza.
Los conngueños no comprenden esta cualidad del Conngo, pero perciben y desean el status que late en su cercanía. Son frecuentes las apariciones mediáticas de uno de ellos, exponiendo un último fósforo encendido. Conviene descreer de los conngueños.
Los conngolitos, en cambio, han renunciado a posibles paternidades. Gastan sus días mendigando ajenas luces. Han comprendido el reprobable secreto de sus tierras, el dilema falaz.
El Conngo mismo es una idea vagabunda, de la cual nadie se hará responsable.

Sentencia

Las malaslenguas sostienen que luego de un buenmomento existe otro y otro más, que a su vez precede a otro Emomento y detrás, otro más.
Tras éste habrá siempre otro momento ...otro mas detrás. Cada vez mas impredecible y aún más trasero.

Los momentos emotivos son panmomentos, lo mas parecido a la perpetuidad

Algunos deducen de esto, que no hay forma de olvidar ni de morirse una vez que se fue feliz en el patio de algún barrio del Conngo.

Interrupciones

En Conngo los caminos se pavimentan cada vez menos y aún así, miles de tropezones se agazapan en los rutas y en los laberintos de todo rumbo que no se ande de a pie.
No todos por aquí saben que el suelo es mas concreto que la escasez, se cree que es por esto que existan aqui las vacunas contra el desencanto.
De todas maneras, caso de exagerar en monotonías, se recomienda andar con los cordones desatados

Protocolos

Hay algunos optimismos que fueron catalogados de improperio y redundan en grosería de una voz casi siempre desubicada.
La gran mayoría de los sobresaltos ataca en la cola de los trámites, en la entrecasa, y hasta en los antemanos, durante cada burocracia.
Hay mesetas donde la falacia es como el viento, se cuenta que todo desaliento viene de algún foro donde el respeto cotiza en moneda foránea.

Vuelos.

En conngo se vuela pero al volar no se pretenden alturas ni se exigen destinos exacerbados. Se vuela porque se sabe como hacerlo y así, todo conngo despega aunque sea siete tardes cada luna.

Hay quien opina que no se debería, hay quien envidia y quien se emociona y se inmola entre congojas desparramadas. El resto vuela ...solamente vuela.

Espejismos

Conngo rememora en reflejos, aquello que es por lo que ha sido en alguna historia. Las memorias, al contrario de las biografías, rara vez son unipersonales.
Pareciera que a la hora de perdurar, en los cuentos cotizan tanto los contextos como los protagonistas.

Continuidades

Dicen por acá que, todo cuanto fue, continua siendo y según parece, cada uno en Conngo se constituye en las historias que se empecina en vivir, cree y contar.

Durante las temporadas de paliza, las infamias resuenan y aturden a los aclaradores. Es entonces, que no florecen circularidades y todo se vuelve finito. La diferencia entre morirse, trasnochar a plena luna y doblar a la derecha en la segunda esquina, solo se resta en perfiles técnicos.

Sobre las aferraciones

En Conngo algunos viven de lo que creen. Creen pues desean llegar y creyendo, la vida se parece mas a un destino que a un paseo.
Creen porque así se comprenden mas de cerca su propia finitud, renunciando inexplicablemente a la pantemporalidad.

Eventualidades

Existir en estas regiones requiere, a veces, de la destreza para encontrar tesoros. No se hace referencia a las cantidades dado a que no es un valor publico ni reside en cuánto ha revelado cada cual.

Los tesoros son eventos que viven mas allá del tiempo. El acto de encontrar invita a observarse en la experiencia de hacerlo, sugiere encontrarse y reconocerse eterno.

Cada secreto es una singularidad y descubrirlo implica trascender cualquier historia que de uno mismo se cuente.

Registros

En conngo las biografías son mas bien inéditas, en su mayoría manuscritos o borradores en formato de guión unipersonal.

Portales

En el Conngo se sabe que es posible visitar universos paralelos con solo mirarse a los ojos.

Originales

De los antiguos del Conngo no ha quedado mucho. Cada reinvención de estos terrenos ha implicado, siempre, el olvido y fusilamiento voluntario del Conngo anterior. El argumento es simple: un nuevo pago emerge sólo cuando es capaz de hablar más fuerte que su pasado.
Se cree que el primer Conngo se perdió entre las conversaciones divinas, que el segundo no escapó al brillo de las luces, el tercero no se puede encontrar entre tantos papeles de oficina, el cuarto nunca se reconoció a sí mismo, etc. No es posible datar rigurosamente los cuando ni cómo de nuestra lista. Así como tampoco fiarnos de ella.
Algunos habitantes se declaran miembros fundantes e ideologos de base. Se arrogan autoridades y poderes allí donde hay un vacío malamente camuflado.
La tribu buenaleche detesta estos seres y no duda en remitirlos al conngo de sus padres.

Laburitos

En el Conngo nadie se toma tanto trabajo para matar lo que nunca estuvo.

Sentencias

En el Conngo, nadie es tan imbécil como para creer que realmente existen el día y la noche. Nadie es tan ajeno, tampoco, como para dejar pasar una noche siquiera sin mirar su luna.
En estas tierras, también, lo escrito se distingue claramente de lo predeterminado.

Tiempo de Conngo

En el Conngo, el tiempo no tiene solución de continuidad. Los días se desagregan en horas, estas en minutos, aquellas en segundos... Sucesión que evidencia la aleatoridad del devenir y lo devenido. El tiempo, en el Conngo, jamás será algo que pueda transcurrir. Será siempre Otra Cosa.
Un ignoto conngudo postuló que, en realidad, el tiempo es aquello que refleja las contradicciones entre el Conngo y la Nada. Nadie jamás se ha tomado un minuto para escucharlo.
Estudiosos congregados han creido ver en el tiempo un tenue reflejo del Conngo creador. Siempre eterno y siempre conngo.
Pocos son los personajes del Conngo que se han atrevido a indagar estos vacíos. La mayoría de ellos han arribado a la siguiente sentencia:
En el conngo, por más que se la busque y persiga, jamás se atrapa una respuesta. Los misterios del Conngo son los que permiten que este se ubique en el punto más rojo de los infinitos.
Aquel que es paralelo a la existencia más simple.

Rabietas

Hay noches que el Conngo se enoja y reclama soledad. Sus habitantes deben marchar, regresando al amanecer.
Es entonces que comprenden que ni se han ido ni han regresado; tanto como que ya no son ellos, si es que acaso lo fueron.

Eterno Conngo

Los sabios ojerosos admiten que la vida en el Conngo es la más excluyente de las repeticiones. Todo evento carece de originalidad, de modo que su suceder es mero reflejo de su sucedido. En el Conngo todo ya ha ocurrido, al menos, infinitas veces.
Algunos consideran que, allí, se concretizan eventos paralelos, conjurando su transparencia en breves latidos de sentido.
Conngoleños diversos han negado la redundancia de sus días, argumentando que nada de su experiencia les señala esta realidad.
Los conngolitos saben que mienten.

Anecdotario

En el Conngo, las anécdotas no se narran, se comparten. Cada habitante de la región acumula experiencias únicas, las cuales son convidadas a conngolitos próximos.
De ese modo la anécdota se incorpora al Conngo entero, perdiendo el sentido único que para su protagonista tuviera.
Dicen que el Conngo es tan solo la suma de relatos de personajes que, en un rapto de nostalgia, han devenido chismosos.

Representaciones

Ciertos algebristas no distinguen las relaciones de igualdad de las de semejanza. No precisan axiomas que justifiquen diferencia entre ser lo mismo y responder lo mismo a una dada operación.

En lo mas chato de las llanuras breves, vive la etnia de las malaslenguas, confeccionan catálogos y son especialistas en extrapolar operatorias, llegando al extremo de practicar la idea en su propia organización social. Se supone que este procedimiento da origen de la proverbial burocracia conngoleña.

Entre los tributarios de esta orden, documentar una identidad es un derecho, no una obligación. De modo que, aunque se trate de dos viandantes distintos, sí ambos se comportan de manera similar frente a una dada contingencia, ambos individuos, son el mismo. En caso contrario, puede que nunca lleguen a conocerse.

A la vuelta

Muy de vez en cuando, en los alrededores de un mismo centro, las vueltas devuelven encuentros fugaces e irreversibles. Casi nunca puede uno encontrarse nuevamente con el mismo otro con quien supo cruzarse alguna vez.

En los bares, los manuales de lomo ancho disertan que: “uno mismo nunca vuelve a ser, el mismo uno mismo de nuevo” y que toda experiencia es imagen de un recuerdo.

Según parece, tampoco aquí hay lugar para la singularidad de los regresos.

Ni lo mismo ni igual

En el Conngo no se practica la sinonimia, por considerarla poco práctica. Cada palabra es a la vez única y carente de significado. El conngues eficiente será aquel que, atento a los cambiantes vientos semánticos, huele el enunciado apropiado y lo escupe raudamente.
El conngolito, en cambio, es quien está cansado de soplar.

Exoconngo

En el Conngo, todos los planetas están habitados

Montañas

Las montañas en el Conngo son prácticamente invisibles. Sucede que el conngolito promedio tiene el poder de atravesarlas, tanto con su mirar, ego y caminata.
El lector maduro se preguntará, sospecha el autor precoz, qué grado de atrevimiento es preciso para nominar montaña a lo que, como es evidente, carece de existencia. Pregunta tanto válida como apresurada.
Las montañas en el Conngo, dijimos, son prácticamente invisibles. Cuando el conngolito promedio actúa, ellas también. Los unos construyen, las otras desaparecen.
Es en teoría, en el pensamiento, en la abstracción, en el mundo interpretado, donde pequeños montículos de, acaso tierra, acaso materia, se erige, metamorfosis mediante, en insalvables Everest mentales que, como bien cabe suponer, anularan voluntades de llegar a otros pagos.

Traslucido

Hay tiempos que se escapan por la tangente disfrazados de descuido, abismos de los cuales nunca nadie ha caído y soles que no escatiman pereza. Pero los tiempos de las pausas, aquí también se caracterizan por su finitud.